Una mujer que no dice ni palabra (silenciada), un hombre que le explica las cosas (mansplaining), el ensalzamiento del amor como valor superior que nos libra de todos los males, el amor normativo claro (heterosexual, chica despampanante – no hace falta q hable, de hecho, mejor si no abre la boca- …), Con ingredientes altamente peligrosos de amor romántico -flechazo, irracionalidad, magia… Vamos que no hace falta pararse a pensar si la otra parte encaja con los valores propios, si comunica bien, cómo funciona en la toma de decisiones, si resuelve las cosicas de la vida, si tiene iniciativa , si gestiona bien sus emociones, si me considera una igual, si se hace cargo de sus responsabilidades… No hace falta pq el amor «todo lo puede» (el amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta -1 Corintios 13:4-8-)
«La verdad es que no sé quién eres, pero yo te quiero Danielle»
¿Cuándo veremos algo que nos hable de valores como la diversidad, la libertad… Mostrando otras formas de ser, de relacionarnos y de amarnos?. ¿No esta en la creatividad la base de estos productos de marketing? Cambias a una humana por una extraterrestre… ¿para mostrar lo mismo?, ¿en serio?…
Por supuesto, estoy hablando del anuncio del sorteo de Navidad. La verdad, en mi opinión, no se ha esmerado mucho Amenábar, no…
De nuevo alimentando mitos del amor romántico…., que ya que estamos revisamos un poquico si os parece,
  1. El mito de la media naranja tiene su origen en Platón y su obra «el Banquete».  Somos personas incompletas que solo encontraremos la felicidad y la plenitud cuando encontremos a otra persona que el destino a puesto en un lugar concreto y que encaja con nosotros a la perfección. Falsosomos personas completas y que tener pareja es una elección personal y no un requisito indispensable para ser felices.
  2. Mito de los celos, quien ama cela.  Falso: NO son signo de amor, sino de inseguridad y dependencia. Una relación debe basarse en la libertad y en la confianza. Si se establece un pacto de fidelidad sexual (si este es el pacto en la pareja, porque también existe otras opción denominada poliamor…), es necesario confiar que se cumpla. Si no confías que la otra persona va a cuidarte, ¿qué haces con ella?. Una relación sana supone aceptar es riesgos y también poner límites. Si no confías, no estés.
  3. Mito de la  omnipotencia o de que el amor todo lo puede. Va a ser que no. ¿No hace falta compartir valores, principios éticos?, ¿no hace falta compartir expectativas de vida?, ¿resolver problemas del pasado? Esta creencia es la base para aguantar actitudes intolerables e inaceptables.
  4. Mito de las discusiones en dos versiones: Si una pareja no discute es que no se quiere y la versión contaría, discutir es malo. De nuevo, falso.  Las discusiones son útiles para regular las relaciones humanas, desde la asertividad y el respeto. Callarse las cosas genera sufrimiento, enfermedades psicosomáticas, etc. Discutir a voces imponiendo el propio punto de vista genera soledad y sufrimiento en la relación. La asertividad es una buena herramienta para manejar cualquier relación social, pero la asertividad no es innata. Se aprende.  ¿No es necesario desarrollar estas habilidades para poder mantener una relación sana?
  5. Mito del enamoramiento. El amor es irracional, impulsivo, mágico. Otra trola. ¿qué pasa con la importancia de factores como la complicidad, el apoyo y la confianza? Imprescindible abrir bien los ojos, pero bien, bien. Amor ciego= peligro.
  6. Mito de la exclusividad. Que nooo, se traslada la competitividad y el sentido de posesión y pertenencia (sistema de poder de esta estructura socio-politico-económica en la que estamos) al terreno afectivo-sexual. Que el mundo es muy grande, y hay mucha gente interesante en todas partes. Y que bebemos de muchas fuentes, cada cuál aporta lo suyo. Y mejor que sea así, vaya responsabilidad ser persona única e insustituible para alguien…
  7. Mito de la unidad. Walaaaaa!!. Cuídate mucho: mantén amistades a parte, espacios diferenciados, porque va a ser que somos dos personas distintas e independientes. No perdamos nunca la propia identidad (ni el norte). A veces sabemos y podemos acompañarnos; otras, simplemente, no.
  8. Mito de los polos opuestos. Que noooo, que hace falta compartir gustos, expectativas, ideologías, valores, experiencias… que si no es muy difícil empatizar-nos, entender-nos.
  9. Mito de la convivencia o del matrimonio. Negativo. Existen otras formas de mantener relaciones, de compaginarlas con otras áreas de la vida (que no quiere decir que en la convivencia no puedan también compaginarse, pero que no es la única forma, ni tiene por qué ser la mejor.
  10. Mito de la pareja: heterosexual, perdurable en el tiempo, estable, eminentemente con fines reproductivos… Que la forma de amar, las características, la propia definición de amor esta condicionado por factores sociales y culturales, y la cultura en la que vivimos nos presenta un prototipo de pareja que en la mayoría de las ocasiones aceptamos como si fuera el único que existiera en el planeta tierra.

Aceptar estas creencias como universalmente validas dan lugar a conflictos internos en aquellas personas que en algún momento se desvíen de algún modo de esta normativa (personas solteras, que se enamoran de una persona de su mismo sexo, o de varias personas a la vez, etc…) y a conflictos relacionales, poniendo especialmente a las mujeres en situación de vulnerabilidad, ya que a nosotras el amor se nos presenta como eje fundamental de la vida (cuentos, películas, series…), a través del cual se mide nuestro éxito o fracaso y es fuente, casi en exclusividad, de reconocimiento social…

O de reprobación.

 

 

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