A vueltas con esta nueva agresión Institucional. Antes fueron otras Nagore Laffage, Juana Rivas… entre las más mediáticas, además de las eternas silenciadas, las ocultas, tantas y tantas humilladas. Porque esta sentencia/violencia no es sino más de lo mismo. Nosotras lo sabemos.

Sabemos qué nos están diciendo con esto.  Más allá de las posturas individuales claramente sádicas y misóginas de los jueces y la jueza (y aquí me permito extender los calificativos -calculadamente elegidos- a todo el tribunal) esta sentencia viene a recordarnos nuestro lugar en el mundo, el lugar de las mujeres, nuestro lugar, el de nuestras hijas.  Que lo estábamos olvidando. Que de pronto nos dio por pensar que la mitad del mundo estaba para nosotras, nos dio por ocupar las calles, por gritar, por ir como ‘nos diera la gana de ir’, nos dio por pensar que éramos sujetos, no objetos, que teníamos capacidad de acción y de decisión, que éramos para nosotras mismas.

Nos dio por no esperar, por no confiar, por no delegar en nadie, nos dio por marcar los tiempos, y nos dio por decidir que esos tiempos son EL AHORA. Estábamos creyendo que no somos ciudadanas de segunda.  Creímos que nuestro trabajo sostiene el mundo. Nos dio por pensar que nuestros impuestos pagan las calles que ni nosotras ni nuestras hijas podemos transitar, no a cualquier hora, no con cualquier luz, no con cualquier ropa… creímos que nuestras hijas, nosotras, podíamos decidir sobre nuestras vidas, creímos que nuestro sexo sería, no consentido (como no consentimos un viaje a las Bahamas o un mariscada), sino consensuado, pactado, acordado, deseado, deseaaaado, deseaaaadooooo, deeeseeaaadooooooo.

El señoro Ricardo Javier González

El señoro Ricardo Javier González con sus ‘señoradas’

Este tribunal, como ya otros antes y otros en el futuro, nos viene a recordar el orden natural de las cosas.

Así que, gracias Francisco Cobo, Raquel Fernandina y, cómo no,  Ricardo González. Gracias por activarnos, por no permitirnos descanso, por recordarnos que las treguas son para rearmarnos. Gracias por interpelar a las abuelas, a las jóvenes y a las niñas.  Gracias por indignar también a muchos hombres. Gracias, hacéis una gran difusión del feminismo.  Por todo ello sois estimados jueces y jueza. Y os tendremos hoy en el recuerdo cuando salgamos a construir barricadas, con nuestros cuerpos, en cada grito, en cada canción, en cada arrebato… os tenderemos presentes. MUY presentes.

Tal vez en el futuro se señale éste como el día dedicado al arrojo, a la valentía, a las mujeres que cambian el mundo,  podría  llamarse algo así como:

«26 de Abril, día contra la imbecilidad chulesca de ‘los y las señoros’

como existe el 25-N «día internacional contra la violencia contras la mujeres» conmemorando a las valientes asesinadas en aquella fábrica, como existe el 8-M en conmemoración del asesinato de las incansables hermanas Mirabal.

Estimados jueces y jueza, sólo una cosita más. NOS habéis echado un pulso esperando por respuesta el silencio y la resignación, hemos consentido (aquí sí es consentido), por ejemplo, el incumplimiento sistemático  de las leyes de igualdad -políticos y políticas cobardes que ya están en nuestra lista-, es normal que esperaseis más de lo mismo. Simplemente os habéis equivocado. No pasa nada, de verdad, no podéis estar a todo. Estos últimos años las mujeres hemos ido haciendo cositas. Os pillaría de vacaciones igual o muy entregados a vuestros quehaceres diarios de impartir injusticia, no lo habéis visto y no os lo han contado. No pasa nada. Hoy os lo volveremos a decir. Y mañana, y al otro… no os preocupéis por eso.

Os diremos que nuestra posición personal, social y política ha cambiado.  No lo sabéis, no habéis sopesado nuestra fuerza, una fuerza que es global y que nace de la rabia y el hastío de siglos. Os diremos que os habéis equivocado.

La rabia construye, es potente, creadora. La nuestra viene para romper lo que está podrido, tiene una fuerza desmedida, la siento en cada vieja, en cada joven, en cada niña. La siento en muchos viejos, en muchos jóvenes, en muchos niños.

La sentiremos hoy, enseguidita, acompañándonos, arropándonos entre nosotras, con los compañeros que han entendido esto. Ya no toleramos VUESTRAS  violencias. Habéis perdido este pulso. Todavía No lo sabéis, porque en VUESTRA prepotencia no podéis ni considerar nuestra fuerza. De verdad, que no pasa nada. Ya la vais a sentir hoy. Igual estáis de puente, descansando del arduo trabajo de profundizar una argumentación que nos cuesta tanto entender, -sinonosentendemosninosotrasjajajjaja-,  vais a escuchar nuestra fuerza igual.  Fijaos bien en nuestras caras (creo que alguna irá encapuchada, ‘tan locas…), serán de excitación. Hoy sí, hoy serán de excitación máxima. Fíjate bien querido González.

Dice la gran Rosa Cobo que esta sentencia es la confirmación de que hay una guerra contra las mujeres.

Pues bien, NOSOTRAS ESTAMOS LISTAS!!

¡¡Nos vemos en las calles!!

ESTAMOS LISTAS

ESTAMOS PERO QUE MUUUUY LISTAS

Para compartir esta información, elija una plataforma