Análisis de la intervención

El objetivo es facilitar el desarrollo de habilidades personales y profesionales en relación con la práctica diaria a través del análisis de la intervención, la revisión del paradigma en el que se apoyan, la búsqueda de hipótesis alternativas e intervenciones rupturistas y desafiantes que operen cambios; pero también desde la exploración de los “nudos” y de las implicaciones emocionales que conlleva cada desafío profesional y humano.

Mi propuesta busca la mejora de las competencias emocionales, de liderazgo y comunicación, así como de resolución de conflictos. Incidiendo en el análisis de las estrategias de relación promueve actitudes de aceptación y respeto y profundiza sobre aquellas habilidades -empatía, relación, contención, límites, asertividad…- que en la práctica suponen herramientas imprescindibles tanto en el trabajo de acompañamiento como en la intervención socioeducativa.

El valor añadido del método de supervisión que sigo es la aplicación del enfoque sistémico, una metodología teórico-práctica que huye de la clasificación o categorización de los individuos en términos de patología o inadaptación social y propone un enfoque de observación y análisis de los fenómenos en clave interaccional. Por lo tanto, la exploración e intervención en el sistema familiar, unidad de convivencia u otros contextos inmediatos será un instrumento indispensable para la comprensión y el abordaje de las conductas inadecuadas.

Este modelo invita a realizar una mirada interdisciplinar sobre los casos, implica fortalecer en el equipo la construcción de paradigmas comunes e incorpora las distintas dimensiones que aporta un trabajo desde la interculturalidad y la perspectiva de género.

La frecuencia de las sesiones se adapta al número de profesionales y de casos y de sus necesidades, si bien es recomendable un mínimo de una sesión de 2 horas cada mes.