Quiero explicaros una de las propuestas para empezar el 2016 con buen pie, el taller sobre desarrollo y crecimiento personal.

Las investigaciones sobre inteligencia emocional identifican diez condiciones para una adecuada gestión de las emociones. A partir de las ideas recogidas de Eva Bach, me he permitido construir un decálogo:

Una persona emocionalmente inteligente

  1. Identifica y reconoce sus emociones propias. Se hace cargo de lo que siente.
  2. Sabe contenerse. No es proclive a comportamientos explosivos.
  3. Atiende a lo que siente y lo asume con sencillez. No lo reprime ni hace exhibicionismo emocional.
  4. Tiene humildad para pedir ayuda y coraje para buscar recursos que alivien sus tensiones y malestar.
  5. Expresa sus emociones, asertivamente, de una forma honesta, directa, natural, respetuosa y oportuna.
  6. Elabora lo que le ocurre, lo traumático queda integrado y facilita la transformación personal.
  7. Respeta los sentimientos de otras personas, no los juzga. Establece relaciones positivas con ellas. Es empática.
  8. Se preocupa por el bien común, no sólo por su bienestar individual.
  9. Orienta sus relaciones hacia un encuentro más próximo, más cálido y mas pleno.
  10. Actúa guiada por una serie de valores éticos que nacen de un sentimiento profundo.

Este taller pretende una aproximación al primer punto. Tiene por objetivo mejorar el conocimiento personal, es decir, entrar a analizar qué cosas me afectan de forma especial y por qué, qué repercusiones tiene esto en mi vida y en mis relaciones, en qué medida me limitan mis inseguridades o mis miedos, cuáles son mis principales fortalezas, mis recursos… Podemos hacernos preguntas como: «¿qué sería diferente si pudiera hacer  lo que realmente deseo?», o «¿en qué cambiaría mi vida si no me preocupara por cumplir las  expectativas que otras personas han depositado en mí?»… 

Preguntas un tanto irreverentes que me permitan adentrarme en terrenos inexplorados, desconocidos… vivir una aventura en la que soy principal protagonista. Mirarme hacia dentro, con infinita ternura para descubrir que puedo ser diferente, que puedo ser más. 

Este taller no busca un aprendizaje en el sentido ortodoxo de la palabra, es más bien la excusa para repensarme en términos diferentes. Puedo explorar el poder, el que ejerzo y el que cedo; o el deseo, el que nace de las propias entrañas y el que me enseñaron a desear; o la creatividad, la que mantengo y la que perdí en algún camino; o la soledad, la deseada o la impuesta… puedo dar vuelta a tantas cosas…

camino

Existen tantos caminos…

Se trata de crear un espacio seguro, acogedor y permisivo, un espacio libre de juicios, externos y ojalá, propios, que nos permita explorar, jugar, divertirnos, curiosear, mirar, probar, interrogarnos….y al mismo tiempo, en la dimensión de grupo, encontrar un espacio para compartir experiencias, puntos de vista, opiniones… un lugar para la escucha y el diálogo más respetuoso, que permita conocernos un poquito más desde lo que somos y desde lo que queremos ser. Empezar un camino, o continuarlo quienes ya lo hayan iniciado.

Es una oportunidad para tomar conciencia de lo que somos, de los mandatos que cargamos en nuestra mochila, de tantas generaciones atrás.

Mi responsabilidad es interpelar, plantear puntos de inflexión para las reflexiones, proponer dinámicas, juegos de relación… potenciar en cada persona la curiosidad y en el grupo la tarea de comprender y compartir, cada cual desde donde quiera. Y ya que estamos… ¡pasarlo bien!

¿Te animas?

Te esperamos

¡¡Te esperamos!!

Además de este taller, te propongo para enero una sesión monográfica para revisar nuestra relación con el poder. Si te descargas este folleto encontrarás toda la información para compartir.

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